Expansión de Horizontes — James A. Long

Desenvolvimiento Síquico en Oposición al Espiritual

Pregunta — Nosotros dos pertenecemos a un grupo de jóvenes en que las edades oscilan entre dieciséis a veintidós años. Nos reunimos regularmente para discutir toda clase de asuntos desde el campo cultural y social hasta el filosófico y religioso, pues nos interesamos por encontrar explicaciones más satisfactorias de las que nos ofrecen hasta ahora las fuentes religiosas ordinarias. Hemos investigado las ideas de la reencarnación y del Karma, y aun el siquismo, y quisiéramos saber su punto de vista en relación con estos temas, especialmente el que se refiere al desenvolvimiento síquico.

Comentario — Yo enfáticamente no apruebo el desenvolvimiento síquico. No se puede negar que el hombre posee tales poderes ocultos y fuerzas mucho más sutiles dentro de sí, pero éstos llegarán a su funcionamiento activo, naturalmente, en la medida en que la conciencia interior del individuo se capacite para utilizarlos debidamente. Pero no ocurrirá este uso apropiado y prudente a no ser de que primero hagamos énfasis en el cumplimiento de nuestras responsabilidades cotidianas.

Pregunta — Pero si el hombre tiene estos poderes internos, ¿por qué sería erróneo desenvolverlos?

Comentario — Dejadme aclarar lo siguiente: mientras que yo mismo desapruebo definitivamente el desenvolvimiento forzoso de los poderes extranormales, no tengo ninguna crítica para el miembro de cualquier grupo que mantenga otra creencia. Mi crítica se concentra en el concepto erróneo y en el mal uso de principios espirituales antiguos. Por milenios los sabios nos han advertido en contra de una búsqueda antinatural de lo síquico, y nos han enfatizado el cultivo de lo ético y espiritual como la vía principal en la cual debemos empeñarnos. Yo hablo sólo en principio, sin deseo alguno de persuadirles. Pero si tratamos de vivir lo que podemos comprender de las verdades enunciadas por todos los guías mundiales, sin ningún énfasis en los poderes síquicos, atraeremos hacia nosotros mismos, por medio del Karma, las apropiadas experiencias que necesitamos.

La iluminación espiritual es algo que ocurre todo el tiempo, a cada hora del día, y no solamente en reuniones organizadas los domingos o en circunstancias especiales con ritos específicos. La responsabilidad principal es la de cumplir con nuestro deber, no sólo con nuestra familia o con nuestra profesión, sino también con nuestro país, nuestro prójimo, y sin restarle importancia a nuestro Yo Superior. ¡Después de eso, si nos queda tiempo y energía, podemos pensar en ejercicios específicos para desarrollar nuestros músculos espirituales!

Pregunta — Algunos de nosotros creemos en el renacimiento del alma, ¿pero qué es exactamente lo que reencarna?

Comentario — ¿Cuál es el todo coherente en la guía de la experiencia de cualquier ser humano? Ha de estar vinculado, directa o indirectamente, con el Yo inmortal, que llega al nacimiento vida tras vida. Algunos lo llaman el ego o elemento reencarnante, aquella parte permanente de nosotros que ha traído consigo una porción de la experiencia asimilada del pasado, y que así provee de ímpetu a la acción en el curso de cualquier vida individual, que prepara el escenario en el cual el alma actúa y reacciona. ¿De dónde viene ese escenario? El ego reencarnante no lo fabrica conscientemente. El Karma extrae el escenario del depósito inmenso de experiencias que ha acumulado cada uno de nosotros. Así permite a nuestro Yo Superior traer al nacimiento a una personalidad que ayudará a completar, fortalecer y aumentar el valor y calidad espiritual del ego reencarnante. En la universidad de la vida, el aula es la familia y el medio ambiente en que nacemos. ¿Y el instructor? Cada uno de nosotros es tanto instructor como alumno. Todos a quienes encontramos a través de nuestro crecimiento en la vida, nos enseñarán algo, y a la vez nosotros tenemos algo que darles a ellos; puede ser que sea sólo una sonrisa o una mala mirada; es un intercambio natural que funciona infaliblemente, en ambas direcciones, lo sepamos o no. Es nuestra actitud, en cuanto a las circunstancias de la vida, la que forma nuestro porvenir, y la que nos proporciona, durante el proceso de preparación exacta para dejar que nuestra conciencia se abra a una comprensión más amplia de nuestras responsabilidades.

Cada gran religión mundial ha dado énfasis, a su propia manera, a la importancia de la causa y el efecto, como una guía moral en las vidas de los discípulos sinceros. Digo "discípulos sinceros," deliberadamente, y permítaseme dar un paso más: cada líder del pensamiento espiritual ha enfatizado la existencia de lo que yo quiero llamar los archivos kármicos desplegándose en nuestras vidas. Ahora bien, usted probablemente ha estudiado algo de la naturaleza triple del hombre: el Yo Superior, el yo intermedio, y el yo inferior. En la etapa actual de nuestro desarrollo estamos obteniendo experiencias de primera mano: experiencias de nuestro yo intermedio, o la región del alma o ego humano. Podemos asociar nuestros pensamientos e intereses con el Yo Superior y recibir inspiración y dirección de él; o podemos mirar hacia nuestro yo inferior y sentirnos deprimidos y confusos.

Pregunta — ¿Sugeriría usted algún programa organizado para jóvenes como nosotros?

Comentario — Mi manera de pensar es ésta: Puesto que cada programa por necesidad abarca a individuos de carácter y de karma diferentes, una vez que se desarrolle una agenda de actividad, inmediatamente se corre el riesgo de tratar de meter a todos en el mismo molde de pensamiento. Algo se empieza a cristalizar. Esto es una equivocación desde el punto de vista del ego reencarnante que está anhelando resolver su propio patrón de desarrollo. Yo sé que esto parecerá extraño, y tal vez lo sea, en lo superficial, pero estoy convencido de su validez fundamental.

Especialmente entre los jóvenes, en esta época del ciclo de esta centuria, están entrando en la vida de la Tierra egos que tienen una longitud de onda de experiencia del pasado más amplia que la de cualquier concepto religioso organizado que les pudiera satisfacer. Están buscando la Verdad viviente, no los dogmas. En el momento en que se trate de amoldar a uno de estos individuos de mente abierta en un plan de acción prescrito, de pensamiento o de aspiración predeterminadas, se rebelará contra tales restricciones.

Ademas, el clima del pensamiento mundial no será afectado permanentemente por esfuerzos esporádicos, ni por inoportunidades. Hoy día hay demasiadas organizaciones que trabajan con esa clase de restricciones; pero sus esfuerzos, por muy sinceros que sean, disminuyen, poco a poco, porque hombres y mujeres, de mentes serias, empiezan a sospechar que la Verdad no se logra sin sacrificio individual. Nunca ha habido, ni nunca habrá, caminos cortos para el desarrollo espiritual; y sería un error cardinal tratar de crear una impresión tal.

También no debemos caer en la trampa tan común en nuestra sociedad, tan altamente especializada, y pensar que si organizamos deliberadamente un sistema de pensamientos o si resolvemos un grupo de fórmulas complicadas, sólo para fines de lograr buenos resultados, se llevaría a cabo nuestro objetivo. Encontraríamos al fin que aquellos "buenos resultados," buscados con avidez, serían nulos en cuanto a lo que se refiere a beneficios duraderos para la humanidad. Es justamente aquí cuando se aplica el pensamiento antiguo de deshacerse del "fruto de la acción." Cuántas veces nosotros actuamos, aun cuando pensamos actuar compasivamente, y sin embargo, la corriente interna de nuestro acto está teñida con un deseo egoísta de ver los buenos resultados, y de sentir que nosotros desempeñamos un papel al producirlos. Si deseamos verdaderamente servir, entonces no debemos pensar en los resultados, pues éstos son la incumbencia de la Gran Ley cuyas operaciones son más sabias y más bondadosas de que lo que el hombre se pudiera imaginar. Así que, apartémonos de las fórmulas y los encantamientos o la reconcentración en pensamientos especificados para fines preconcebidos. Aquéllas nos conducen a caminos desviados que en la mayoría de los casos nos alejan de nuestro objetivo principal.

Pregunta — Esto es muy diferente de la manera de cómo se enseña en las iglesias, y aun en la educación, en donde estamos obligados a pensar de cierta manera.

Comentario — Cada cual de nosotros tiene que lograr la comprensión, a su propia manera. ¿Por qué debe alguien que profesa interesarse en el bienestar de sus hermanos tratar de fabricar un vehículo de pensamiento "predeterminado" en el cual derramar sus energías espirituales? Sería absurdo. Es ese mismo propósito el que ha anulado la obra de los grandes maestros mundiales los cuales han tratado de introducir en la vida del pensamiento mundial la prístina corriente de la Verdad.

¿Qué sucede cuando ustedes y yo intercambiamos pensamientos mientras que nos sentamos aquí juntos? Inconscientemente, ustedes están obteniendo de mí exactamente lo que necesitan; y ustedes por su parte están ayudándome a mí. Esa es la manera de cómo el Karma funciona. No está fabricado; es una ley que emana de la Divina Inteligencia. Si actuamos dentro de la estructura moral de la vida, lo sabremos y cosecharemos beneficios; si actuamos en contra de las leyes de la Naturaleza, también lo sabremos, tarde o temprano y cosecharemos las dificultades y el dolor, hasta que ajustemos nuestro pensar y nuestras actitudes. No podemos evaluar el karma de otro, pues no sabemos hacia cuáles regiones de experiencia está guiándole su Yo Superior, para que fuesen impresos en su alma los valores apropiados. Lo maravilloso de ello es que nuestros mismos errores son muchas veces nuestros mejores maestros, puesto que nadie consigue un resultado, sino hasta cuando no haya superado sus errores. Por tanto, no hemos nunca de tener temor a equivocaciones, pues la iluminación que resultará de nuestro conocimiento del error nos guiará hacia el camino de nuestro porvenir. Así, cada cual se enseña a sí mismo; y, si el motivo es sincero, cuando éste se comete, en vez de caer de cara a la sombra y con la obscuridad por delante, cae cuesta arriba de cara hacia el Sol. Eso es el ocultismo en su sentido más puro. El verdadero ocultista, no el falso guía del siquismo o de las llamadas "ciencias ocultas" que están llenas de peligros, no impone a nadie ni enseñanzas ni instrucción, sino que señala el camino por medio del ejemplo apacible e iluminador.

Es admirable cuán profundamente estas verdades, que se han enseñado a lo largo de los años, están en actividad hoy día en la conciencia de nuestros semejantes. Miles y miles están buscando, lo mismo que todos ustedes. Ellos no se interesan en gimnásticas espirituales; quieren saber cómo integrar su pensamiento con valores básicos espirituales para mejor enfrentarse a los problemas que están oprimiendo a sus conciencias. En verdad que ninguna de las demostraciones de facultades síquicas o extra sensoriales nos enseñarán esto. Sólo en el molino de la disciplina de la vida, al final de cada experiencia, se encontrará una medida de sabiduría.

Pregunta — En nuestro grupo, recientemente hemos empezado a invitar a líderes de varias ramas de pensamiento para comparar sus ideas con las nuestras. Pero hemos descubierto que hay muchas clases diferentes de enseñanza. ¿Cree usted posible que algún día todos aquéllos que creen en las cosas superiores trabajarán conjuntamente en una organización?

Comentario — Yo no creo que habrá nunca una fusión formal de organizaciones externas. La unidad espiritual es una cosa interior, y ninguna acción de manejo exotérico la efectuará nunca. Sin embargo, en décadas venideras, tal vez en siglos futuros, pueda ser que un número mucho más grande de individuos y de asociaciones descubran de nuevo la corriente común de los principios espirituales y los lleven a la práctica en sus vidas. Cuando esto ocurra, la armazón externa de organizaciones separadas se terminará, y la unidad interior de pensamiento consolidará los verdaderos valores. Nada podrá detener eso, porque estas unidades espirituales, vehículos del corazón de la humanidad estarán trabajando todas juntas, y el palpitar de la Verdad hará circular la sangre vitalizada del progreso evolutivo a través de todo el género humano.

Pregunta — ¿Pero no piensa usted que todas las religiones, todos los grupos, han tratado justamente de efectuar eso, y sólo han conseguido cristalizarse de diferentes maneras?

Comentario — El empeño desinteresado, por dondequiera que se exprese, contribuirá siempre al fortalecimiento de los esfuerzos de ese núcleo pequeño, pero potente, cuya meta es una ejemplificación más amplia de la fraternidad entre todos los seres humanos. Cuando cada individuo cumpla con sus deberes naturales, ocurrirá el peregrinaje ilimitado de la bondad. Esto no se detendrá en las dos o tres personas entre las cuales se lleve a cabo el intercambio, sino que continuará indefinidamente. Lo mismo que la ondulación de las aguas en un lago tranquilo se ensancharán hacia la infinidad; así un intercambio sincero de buenas obras, afectará al cuerpo entero de la humanidad. Será también un beneficio genuino, porque es una expresión espontánea de la Deidad y no un antídoto preparado con fines egoístas. La acción recta brota de la Divinidad, del manantial de inspiración que nos impulsa a cada uno de nosotros a seguir adelante; y esto es la razón por la cual un acto inegoísta se continúa ad infinitum. ¿Han leído ustedes el Bhagavad-Gita?

Pregunta — No, pero hemos oído hablar de él. ¿Nos aconsejaría estudiarlo?

Comentario — Creo que sacarán ustedes provecho de una lectura cuidadosa del Gita. Ha habido muchas traducciones de éste al inglés y a otros idiomas modernos. Yo, por mi parte, prefiero la Revisión Crítica de W. Q. Judge porque, aunque no es poética en su forma de prosa, se adhiere más estrictamente en espíritu al original. Es un librito bello, profundamente esotérico bajo la superficie de la forma exotérica. El Bhagavad-Gita en sí mismo es sólo un pequeño episodio del gran poema épico indostánico, el Mahabharata, y relata las aventuras de dos ejércitos "formados en orden de batalla," en medio de los cuales está de pie Arjuna, quien ve en el ejército opuesto a sus "preceptores y antiguos amigos" y se niega a combatir. Krishna, representando al Yo Superior de Arjuna, le aconseja "ponerse de pie" y hacerle frente a su adversario, su yo inferior. En el diálogo que sigue, entre otros de gran valor está enunciado este principio por Krishna: entre los cientos de miles, sólo uno se esfuerza por la perfección; y entre todos los que se esfuerzan así, sólo uno llega a conocerme tal como soy.

Ahora bien, ese mismo principio se aplica no sólo a las iglesias y a todos los "instructores" espirituales, sino a la totalidad del cuerpo organizado de ideas: entre todos éstos puede haber sólo uno o dos que tengan una percepción relativamente libre de trabas. Todas las grandes religiones fueron en sus primeros comienzos expresiones de la Verdad. Pero, entre los discípulos de la mayor devoción al "nuevo" pensamiento, ¿cuántos de veras comprendieron con los ojos del alma? Se vislumbró sólo una porción; y cuando se puso por escrito esa porción, ésta llego a ser tan fija, que finalmente se convirtió en un dogma. Los conceptos de los discípulos pueden haber sido exactos desde el punto vista ventajoso de su propia conciencia, pero no fueron necesariamente verídicos para todos. Tome a cualquier grupo de hombres, y vaya con ellos a cualquier ciudad o sitio de este globo, y deles puntos de vistas idénticos, y luego pídales lo que vieron. Cada uno le ofrecerá una versión diferente. Así, sucede con la Verdad, cada uno de nosotros percibe sólo un aspecto de una faceta de la Verdad.

Pregunta — ¿Diría usted que los que tratan de desenvolver sus poderes síquicos están definitivamente yendo por un sendero erróneo?

Comentario — Cómo sería posible para nosotros decirle a alguien que su manera de proceder está equivocada; que siga la nuestra, porque nosotros sabemos la que es correcta. Sólo el motivo interior de la persona puede determinar cuál es el camino correcto o incorrecto que puede seguir. Pero si alguien tiene como su objeto principal el desenvolvimiento de su naturaleza síquica, entonces yo diría que estará siguiendo un camino que finalmente le conducirá a un callejón sin salida.

Considere los fenómenos de los médiums, y la capacidad de tener visiones, ver formas de pensamientos y de tener la facultad de leer la mente de otra persona o, todos estos fenómenos que no tienen nada que ver con la naturaleza espiritual. Son más bien obstáculos que ayudas, porque tienden a llevar al alma lejos de su meta. ¿Por qué digo yo esto, cuando hay hoy día tanto interés en estos poderes extra sensoriales? Como queda dicho, no es porque todo esto no exista; claro que si fuesen invenciones de la imaginación, habrá poco peligro en ello. Pero es a causa de su existencia muy real que estos fenómenos plantean uno de los más grandes retos. Recuerden ustedes las palabras del Maestro Jesús: Buscad primero al reino de los Cielos, y todas estas cosas se os darán por añadidura. Esto es lo que cada guía mundial ha dicho: Buscad primero el sendero de la iluminación espiritual, la luz del sol de la divinidad interior, en lugar de la luz de la luna de la naturaleza síquica; en tal caso, los rayos de luz superior se proyectarán hacia abajo, a través de toda su naturaleza, iluminando los quehaceres diarios de vuestra vida. Cuando esto ocurra, "todas estas otras cosas" nos serán añadidas dentro de su ciclo natural. Entonces, y sólo entonces, estaremos preparados para manejarlas sabiamente, y sin peligro para nosotros mismos, tanto como para otros.

Pregunta — Pero eso es un proceso bastante lento. A muchas personas no les gusta esperar tanto, sino que prefieren apresurar su desenvolvimiento.

Comentario — En realidad, la persecución del desenvolvimiento síquico, aunque parezca ser una ruta más rápida y más vívida, es un camino más largo de experiencia y que eventualmente puede conducir a la muerte o a un desequilibrio síquico donde, en ciertos momentos por lo menos, el alma se halla fuera de alineamiento con los polos espirituales y físicos de su naturaleza. El forzamiento antinatural de los centros síquicos, por lameditación incorrecta, los ejercicios de respiración, y otras prácticas cuestionables, puede desenvolverlos el hombre. Pero si esto se hace antes del momento natural de su floración, cuando debiera venir una comprensión de su uso apropiado, hay gran peligro que puede retardar el progreso del alma por vidas enteras.

Si nuestro motivo es serio y nuestra aspiración fuerte e impersonal hacia la Verdad, con el tiempo encontraremos el camino que es para nosotros esencialmente correcto, no importa los muchos pasos equivocados que podamos dar para llegar allí. Como dice Krishna en el Gita: "De cualquier manera en que se me acerquen los hombres, de esa manera yo les socorro; cualquiera que sea la senda tomada por la humanidad, esa senda es la mía." En otras palabras, en la duración del tiempo, prescindiendo del camino que sigamos, en último término la divinidad dentro de nosotros se unirá con su criatura. La tarea de los más grandes auxiliadores de la humanidad, así como la de los menores, es la de acelerar este proceso ayudando al alumbramiento de las almas de los seres humanos. Esa era la misión de Sócrates: estimular las cualidades del alma de la juventud de Atenas hacia un nacimiento más completo.

El desenvolvimiento espiritual es una de las experiencias más conmovedoras que puede sentir el hombre. Sin embargo, si un individuo está buscando algún desarrollo de elevado poder, será tristemente desilusionado. El único drama real es el de su propia alma, despertándose cada ves más y más. Cuando esto pasa, su visión de la vida y de todo lo que sucede en su naturaleza interior, tanto como en el universo, se torna intensamente radiante con la plenitud del espíritu. Esto es drama de primer orden.



Theosophical University Press Online Edition