Preguntas Que Todos Hacemos — G. de Purucker

Vol. 1 No. 7 (12 de Noviembre de 1929)

ALGUNAS PREGUNTAS QUE LOS ADULTOS HACEN

Presentada 28 de Julio de 1929

Un anunciante de buenas nuevas siempre tiene un corazón alegre; y, como el poeta hebreo dice en esencia: "Bellos son sobre las montañas los pies de quienes llegan trayendo buenas nuevas de buen ánimo." Siempre me siento, cuando estoy parado sobre esta plataforma para hablar, que soy como el mensajero de buenas nuevas para los hombres; porque nuestra maravillosa filosofía está repleta, está llena, de los más nobles y elevados pensamientos — no cosechados meramente de la bodega de los pensamientos de los grandes sabios y videntes, sino que de pensamientos que usted y yo podemos probar que son verdad al entrar a nuestros propios foros, yendo dentro de nosotros mismos, hacia esos lugares silenciosos que cada corazón humano posee, los cuales son muy similares a, y aún muy diferentes de, cada uno, en contraste con los demás.

En estos lugares silenciosos recibimos iluminación, recibimos visiones de la verdad, porque nuestro espíritu, — el centro de nosotros, el corazón de nosotros — ha entrado en el centro del ser, de donde es nativo, del cual nunca se separó, desde el cual originalmente brotó, y con el cual estamos todos en directa e incesante comunicación.

Comprendan esta maravillosa verdad; tómenla en serio; porque ahí están las fuentes inagotables de sabiduría, de conocimiento, y de amor — sí, y poder — poder sobre uno mismo primero que todo, lo que significa poder sobre la así llamada naturaleza inanimada en la cual vivimos y nos movemos y tenemos nuestros ser.

¿Qué es este centro de su ser? Esa es la pregunta, amigos, que los Grandes Sabios y videntes de todas las edades han contestado: es el dios interno dentro de ustedes, el espíritu divino, el espíritu Cristo, el Cristo viviente. Estas no son palabras vanas, no son términos poéticos; porque no existe nada tan real, nada tan verdadero, nada lo cual da tal confort y ayuda y consuelo en tiempo de estrés y pena y dolor y sufrimiento.

Es una maravillosa experiencia ir hacia los lugares silenciosos del corazón. Es lastimoso como el hombre común desperdicia su tiempo en una búsqueda agitada y sin descanso de las cosas que equivalen a tan poco después de todo, y que por fuerza debe dejar de tras de él cuando el gran y hermoso ángel de la muerte esté a su lado.

Pero en la vida, mientras estamos viviendo como hombres y mujeres sobre esta tierra, podemos en cualquier momento, si así lo deseamos, no meramente aliarnos, sino que también volvernos uno, ser, el mismo corazón del universo. Este es el fundamento de las más nobles, las más elevadas, enseñanzas religiosas y filosóficas que el mundo jamás ha recibido.

Es en estos lugares silenciosos del alma, si ustedes quieren ponerlo así, en esos silencios profundos del corazón — es decir, lo más interno de lo más interno del ser humano — que entran los grandes sabios y videntes cuando quieren adquirir más luz y mayor conocimiento; para hacer eso entran en la estructura y fábrica misma del universo, y por lo tanto conocen la verdad de primera mano, porque ellos se convierten en sus propias mentes e inteligencias, en el órgano de interpretación que llamamos la mentalidad, uno con ese universo, vibrando sincrónicamente, con compasión, con las vibraciones de todos los planos de la Madre Eterna. Ahí ellos se convierten en uno con todo, y por lo tanto conocen la verdad intuitivamente.

La gente hace preguntas. Ahora ¿por qué, como dije el domingo pasado, se hacen preguntas? Porque ellos anhelan saber. La razón porqué la gente hace preguntas es obvia, ya que es un instinto de más conocimiento; pero este instinto por conocimiento es una hambre por la luz, es una búsqueda de la verdad, y ningún corazón, ninguna mente, debería de estar satisfecha con cualquier respuesta que cuando menos no contenga alguno de los elementos que brotan de esta fuente de luz, de esta fuente de vida inexplicable, residente en el centro del ser humano.

Los hombres difieren en sus expresiones de formas y acerca de formas; pero nunca difieren cuando las cuerdas del corazón son punteadas por la inteligencia, porque entonces reconocen la verdad ser verdad.

Yo tengo ante mí una lista de preguntas que me han enviado para responder, y diría de paso que aunque me he llamado a mí mismo una enciclopedia animada, o un diccionario caminante, en contestar demasiadas preguntas, siempre estoy contento de recibir estas preguntas, y trataré de responderlas con la misma sinceridad que hago con todas las otras preguntas que he recibido, ya sea desde adentro o afuera de los terrenos de nuestra Oficina Central Internacional. Si ustedes están interesados en algún tema que ustedes crean que pudiese ser capaz, con mi entrenamiento teosófico, de lanzar luz sobre él, envíenme su pregunta y trataré de contestarla.

Entonces, primero: leeré todas las preguntas que tengo aquí y luego trataré de contestarlas en orden. Algunas de estas preguntas son algo oscuras. Creo que se refieren a conferencias anteriores que se han dado aquí en nuestro Templo de Paz. De cualquier forma, las leeré como las he recibido.

(¡Qué mente tan filosófica tiene el que hizo esta pregunta! Creo que él o ella debe ser un admirador de Einstein. De cualquier forma, así parece ser, y en un cierto sentido yo también lo soy.)

Sí, creo que el tiempo está aquí para una nueva fraseología de opinión filosófica. Creo que el tiempo ha llegado para una completa reestructura del pensamiento filosófico en los países occidentales. Los sistemas filosóficos en los países occidentales están obsoletos. Ellos fueron trazados hace 150, 250 o más años, antes de que los grandes descubrimientos recientes en la ciencia se llevaran a cabo, los que tanto están ahora iluminando las mentes de los hombres con respecto a la naturaleza física alrededor nuestro. Por lo tanto, nuevos puntos de vistas de la naturaleza han llegado a ser imperativos; y naturalmente, los mismos sistemas filosóficos están obligados a cambiar a medida que un mayor conocimiento llega, y en verdad están ahora cambiando. Por lo tanto, la fraseología en que se han formulado está obligada a cambiar, y está de verdad también cambiando.

Nunca he encontrado una mejor fraseología en la cual expresar los hechos de la naturaleza que nuestra propia terminología teosófica. Es ancestral, ha resistido la prueba del tiempo, es muy expresiva, es exacta. Aún en estas modernas palabras teosóficas que nosotros hemos tenido que desarrollar, o sacar, o inventar, con el fin de proporcionar alguna idea clara de lo que nuestros términos Sánscritos significan, vemos el trabajo de este elemento natural de cambio.

"Sí el cuerpo es un montón de capas de energía, ¿porqué decimos "dentro" o "afuera": o por qué señalamos hacia arriba al cielo o hacia abajo para el lugar opuesto?"

Nunca se me ha ocurrido que estos ademanes hacia arriba o hacia abajo hechos por un conferencista o utilizados por un escritor en expresiones verbales signifiquen nada más que sugerencias simbólicas de superioridad o inferioridad como el caso pudiese ser. Un hombre hablando señalaría hacia arriba o hacia abajo, pero ciertamente un conferencista teosófico al utilizar estos dos ademanes en cualquier dirección no significa que en su perspectiva el cielo está sobre el punto de nuestro globo redondo sobre el que está parado, o que el infierno está debajo. Ellos son meramente ademanes simbólicos comprendidos por todos: una especie de lenguaje de señales para sordomudos que significa, como ya he dicho, inferioridad o superioridad: elevación o lo opuesto.

El interrogante está bastante correcto en criticar los términos dentro o fuera, porque no meramente es el cuerpo físico sino que la total constitución humana, como nuestra enseñanza teosófica nos dice que es — visible e invisible, la llamada interna y la llamada externa — está compuesta de capas de energía-substancia trabajando todas juntas como una unidad a través del cuerpo físico, el cual es el más denso de las partes restantes de la constitución humana; y es esta parte más grande de la constitución humana trabajando a través del cuerpo físico que controla el cuerpo, se manifiesta a través de él, y ese cuerpo físico como todas las otras capas de la constitución está compuesto de substancia-energía. Verdaderamente así, no existe ningún "dentro" ni "afuera," estrictamente hablando. Sería en todos los casos, pienso, mejor decir inferior o superior, mayor o menor — no significa en ningún caso la mera ubicación espacial sino la diferencia intrínseca de calidad.

Siguiente:

¿No es la palabra "relatividad" suficientemente comprendida, y la falacia de "tiempo y espacio" suficientemente impresa dentro de las mentes modernas a través de la demostración de la radio, para justificar nuevas líneas de expresión?

Creo que este interrogante es el mismo que hizo la primera pregunta. No, no creo que la palabra "relatividad" es suficientemente entendida. Creo que muy pocas personas la comprenden aún en su más simple significado — esta maravillosa frase de Einstein. El Dr. Albert Einstein en sus fundamentales enseñanzas científicas o filosóficas tocó una verdad muy antigua que ha sido enseñada en la filosofía teosófica por siglos y siglos y siglos, y es esta: que todo lo que está en el mundo, visible o invisible, arriba o abajo, inferior o superior, es relativo uno al otro. No existen líneas duras y rápidas de delimitación, no hay separaciones absolutas, nada absoluto — es decir alguna cosa sostenida por sí sola, y totalmente radical desde la raíz hacia arriba y por tanto totalmente diferente de cualquier otra cosa. Por el contrario, todo es relativo a todo lo demás. Todas las cosas están entrelazadas e interrelacionadas y entremezcladas y entretejidas; y esta red de seres es el gran universo que nosotros los seres humanos, en común con todos los otros seres, somos partes inseparables.

Nosotros somos relativos al Universo como él es relativo a nosotros, y así es la más humilde de las cosas y la más elevada de las cosas y seres. Esa es la idea fundamental de la teoría de la relatividad.

Ahora bien, si el Dr. Albert Einstein ha exitosamente probado su teoría matemáticamente es completamente otra pregunta. No creo que lo haya hecho. Puedo estar equivocado, pero no creo que él lo ha demostrado con una demostración matemática completamente satisfactoria. No obstante, su idea fundamental es una maravillosa verdad natural.

No existe tal cosa como "tiempo" completamente separado del "espacio"; sino que espacio y tiempo son dos aspectos, dos lados, dos fases, o eventos, de la misma realidad subyacente. Materia y energía de nuevo no son completamente diferentes, pero son dos aspectos, dos fases, dos eventos, como justo he dicho, de la misma realidad subyacente. Y substancia y espíritu — o fuerza y materia, si ustedes prefieren las palabras — y tiempo y espacio: todas estas cuatro son cuatro aspectos, cuatro fases, cuatro eventos, de esta una realidad subyacente.

No importa qué nombre se le da a esta realidad subyacente. No intelecto humano puede abarcarlo en sí mismo. No muere, es inmortal, es infinito, y es eterno. Los teósofos, adoptando la ancestral terminología Sánscrita, simplemente lo llaman Eso. No le damos ningún otro nombre excepto Eso; y cuánto más reverente esto es, no es así, que darle un nombre que lo limitaría, aunque sólo sea por pequeñas y mezquinas asociaciones de ideas humanas.

No se realmente lo que el interrogante quiere decir con: "a través de la demostración de la radio." Es cierto que tiempo y espacio, considerados como cosas separadas, son falaces. Quiero decir que ellas son falacias y no tienen existencia en ellas mismas. Ellas no existen separadas una de la otra, como justo he dicho. Ellas son dos lados, dos aspectos, dos fases de la misma cosa subyacente. Pero no veo que la radio tenga que ver con eso. Creo que la idea que la radio es un efecto electromagnético, y porque la voz de un hombre se puede escuchar casi instantáneamente en lados opuestos de la tierra, el interrogante parece creer que esto prueba que no existe tal cosa como tiempo y espacio, o mejor dicho, como los relativistas dicen, tiempo-espacio.

Pero ¿por qué? Recuerden que la distancia espacial y los intervalos de tiempo los juzgamos exclusivamente por el efecto externo de la naturaleza sobre nuestros sentidos actuando como reporteros de nuestra conciencia, y nuestros sentidos son demasiado imperfectos y por lo tanto nos reportan imperfectamente.

Contemplen la pregunta del tiempo. Recuerden cuan lenta nuestra vida es en contraste con otras vidas y que rápido es su ciclo comparada con otras entidades. La velocidad no tiene nada que ver con la vida o la conciencia excepto como un mero efecto. Los electrones del átomo girando alrededor de su núcleo central protónico, digamos seis o siete cuatrillones de veces en un segundo humano, pueden tener en ellos — en estos diminutos planetas atómicos — seres infinitesimales, seres pensantes, seres vivientes, aún como ustedes y yo vivimos en este planeta terrestre Terra girando alrededor de su sol central.

Pero noten que rápido el ciclo entero de sus vidas electrónicas corren — siete cuatrillones de sus años en un segundo humano; y, por el contrario, cuán rápido debemos vivir en comparación con Inteligencias supernas en los inmensos abismos de los espacios de espacio, cuyos períodos de vida deben extender sobre cuatrillones y quintillones y sextillones y el cielo sabe cuántos — illones de años humanos. Ustedes ven, por lo tanto, que relativas todas estas cosas son para las circunstancias y condiciones.

Así, por lo tanto, la radio para nosotros es prácticamente una transmisión instantánea de pensamiento, pero para seres de otro orden de inteligencia puede ser excesivamente largo el tiempo entre la palabra del conferencista y el que recibe la voz; y al contrario, puede ser mucho más rápido aún de lo que es para nosotros. Todos estos casos son instancias de la pobre falacia de considerar al tiempo tener una existencia propia, y ser juzgado por nuestros propios sentidos imperfectos de recepción. Somos muy listos para juzgar estas cosas, como justo dije, por nuestros propios órganos sensores, olvidando cuan imperfectos estos órganos son. Tenemos sentidos demasiado imperfectos por supuesto, y vivimos demasiado en nuestro "aparato" de sentido físico que somos capaces a pensar que todas las bases del universo están construidos de acuerdo a la forma que nuestros imperfectos sentidos físicos nos interpretan esas bases. Recuerden eso cuidadosamente, por favor.

Y, sí es así, ¿porqué hablamos o pensamos de trillones o cuatrillones de millas de espacio en años luz, etc., etc.? La radio sugeriría no distancia o espacio.

Bien, pero lo hace. Aún la electricidad, rápida en movimiento como lo es para nosotros los humanos, toma un cierto tiempo en pasar sobre cierta extensión de materia física y así también lo hace la transmisión de la radio llevará tiempo, por corto que ese período de tiempo pareciera ser.

¿No está todo al alcance — aquí y ahora?

¡Sí, siempre y cuando ustedes puedan alcanzarlo! ¡Siempre y cuando ustedes puedan alcanzarlo! Todo está aquí y ahora, no importa que tan grande o que tan pequeño. Eso es todo lo que existe sobre el hecho. Es la evolución espiritual interna, mostrando afuera lo que está dentro, como la flor manifiesta la energía vital de su semilla madre, mostrando afuera lo que está dentro de sí misma: su evolución, el desarrollo de las facultades y poderes internos, es esta evolución la cual nos prepara siempre más y más mientras el tiempo pasa para alcanzar y tomar no solamente lo que nos pertenece, sino también lo relacionado al ambiente circundante; pero si lo hacemos de acuerdo con las leyes fundamentales de la naturaleza, tomamos solamente con el fin de que podamos dar, ganamos solamente con el fin de usar lo que ganamos para otros, porque la naturaleza es un organismo armonioso y completamente interconectado, del cual cada parte por la ley fundamental de la Naturaleza trabaja para cada otra parte.

Esta es una ley fundamental del universo, y esa ley nosotros los teósofos en pocas palabras y quizás erróneamente llamamos hermandad universal, significando así, la absoluta inseparabilidad, fundamental, radical, básica de todo cuanto es. Consecuentemente todo está dentro del alcance sólo si han aprendido a tomarlo: y les recordaría aquí que solo pueden tomar lo que ellos mismos pueden dar, paradójico como suena: y esos quienes puede tomar más que otros son precisamente esos quienes pueden dar más que otros, y esos son lo que nosotros los humanos llamamos genios. Esos de nuevo quienes toman aún más de lo que hacen los genios son lo que nosotros humanos llamamos los grandes sabios y videntes de todas las edades. Aquellos quienes toman menos son lo que comúnmente llamamos hombres humildes, hombres menos evolucionados; y finalmente existen aquellos quienes toman aún menos de las reservas y las bodegas de la naturaleza, y estas son las entidades en los ámbitos inferiores o más bajos de vida, evolutivamente hablando.

¿Existe tal cosa como tiempo y espacio?

Sí, existe tiempo-espacio, lo que Einstein y sus seguidores llaman el tiempo-espacio continuo, un pensamiento que no significa que el tiempo existe por un lado, por hablar así, y espacio existe por el otro, como entidades radicalmente diferentes, porque como justo les he señalado, tiempo y espacio no son sino dos fases, dos eventos, de la realidad subyacente, y estaría mejor expresarlo en una forma completamente diferente y decir que tiempo y espacio son meramente dos aspectos de la realidad subyacente como nuestros imperfectos sentidos interpretan los fenómenos naturales en nuestras mentes. Son sólo nuestros sentidos físicos los que nos hacen pensar que estas dos cosas — tiempo y espacio- existen absolutamente por separado, la una de la otra; mientras que la idea de continuidad brevemente expresa el hecho natural que ambas son la continua e ininterrumpida existencia de la realidad. Energía y materia, o espíritu y substancia, son dos aspectos o fases de la misma realidad subyacente. Todo esto puede ser para el hombre promedio como una filosofía elevada; pero debo de señalar a ustedes que las preguntas las cuales estoy tratando de contestar tocan sobre puntos de filosofía elevada.

¿No podría un electrón al final del pie tener comunicación instantánea con un electrón en el cerebro sin tomar en consideración la distancia que los separa?

Desde luego; todo depende de lo que entendemos por "instantánea," como ya lo he tratado de explicar. La electricidad es prácticamente instantánea en su paso de punto a punto como nosotros los humanos la sentimos, pero para otros seres diferentes a nosotros los humanos el tiempo que transcurre entre la pulsación del contacto eléctrico y la respuesta de la luz que destella en el globo eléctrico, podría ser excesivamente largo a un orden de inteligencias evolucionando a lo largo de caminos evolutivos diferentes que esos seguidos por los humanos. Somos muy propensos a juzgar la naturaleza por los reportes proporcionados por nuestros imperfectos sentidos físicos, y también de acuerdo con la forma que la naturaleza ha construido nuestra pequeña mota de polvo la cual llamamos Madre Tierra: juzgamos el universo completo por lo que nuestros sentidos nos permiten aprender de la Madre Tierra y por consiguiente pensamos que todo el universo natural debe de estar construido en la forma y de la manera y de acuerdo a los planes por los cuales nuestro planeta Tierra ha sido construido.

Nosotros los humanos somos los niños físicos de la Madre Tierra, así como los habitantes de otros planetas son niños de sus planetas, viviendo en vehículos o cuerpos que la naturaleza trabajando en esos otros planetas ha construido como vehículos apropiados para la existencia allí.

¿Los seres humanos llegan a la vida en la tierra al azar, o de acuerdo a las leyes de causa y efecto?

Creo que este amigo nunca ha estado en nuestro Templo de Paz; de otra forma él hubiese recordado que he contestado esta pregunta muchas veces en las pasadas conferencias. Los seres humanos más ciertamente no venimos a la vida en la tierra al azar. Al azar es una palabra que significa casualidad. Ahora casualidad es simplemente una palabra que los hombres utilizan cuando ellos no conocen la respuesta verdadera hacia una cosa: los hombres simplemente dicen que tal y tal cosa pasó, o que fue casualidad. Pero cuando conocen más acerca de eso, entonces la palabra casualidad es olvidada, y damos una expresión a eso con un poco más de conocimiento de lo que hemos adquirido por una palabra la cual pensamos embarca nuestro más grande conocimiento y que es quizás un largo nombre neogriego o neolatino. En tales circunstancias hemos adquirido un poco más de conocimiento que antes, es verdad; pero permítanos también recordar que existe mucho más conocimiento aún por obtener acerca de la misma cosa.

Sí existe una cosa que un teósofo aprende sobre todo lo demás, es la de no construir ideas finales en su mente y no reconocer ningún absoluto, sin importar que la naturaleza de estos sean barreras o finales completos. Siempre existen cosas más grandes para conocer, siempre existe un más allá en el conocimiento, en el crecimiento, en la sabiduría, sí, y en el amor. El amor, el cemento del universo, el cual mantiene a las estrellas en sus recorridos, el cual construye los mundos, el cual le enseña a los hombres la más noble de las cosas, el auto-sacrificio; y ¡oh cuan maravilloso, qué indeciblemente hermoso, es el auto-sacrificio originándose en el amor impersonal!

Sí, los seres humanos vienen al mundo estrictamente de acuerdo a las leyes que los teósofos llaman karma. El hombre común quizás la llamaría la ley de causa y efecto. Yo prefiero más nuestra propia explicación teosófica de karma, como la Doctrina de las Consecuencias, significando las consecuencias de lo que uno mismo sembró, él solo debe cosechar. Para estar seguro, causa y efecto — quiero decir estas dos palabras — tienen un sabor científico acerca de ellas, un aroma (no seré descortés), un perfume, de una moribunda, esto es decir, de una agonizante, si no muerta, ciencia. Por lo tanto a los teósofos nos gustan mejor nuestros propios términos; y en lugar de decir causa y efecto, yo, cuando menos, prefiero decir consecuencias, significando los frutos, los resultados, las consecuencias, de lo que él mismo ha sembrado o ha hecho o ha pensado. Eso cosechamos y nada más, porque ustedes mismos sembraron la semilla de la cual ahora están cosechando la fruta.

Consecuentemente los seres humanos reencarnan o vienen a la vida terrestre estrictamente de acuerdo a lo que ellos han hecho de ellos mismos en otras vidas — a las naciones, a la familia, al período de tiempo, y en las circunstancias que han preparado para ellos mismos en otras vidas. Qué simple, qué atractiva es esta doctrina en su simplicidad. Aquí entonces está la esencia de la doctrina de karma, y también su doctrina gemela de reencarnación, y seguramente ven que ninguna de las dos doctrinas es del todo difícil de comprender — cuando menos el comprender los principios de ellas.

Yo creo que su doctrina filosófica de reencarnación es verdad; pero ¿por qué algunas almas reencarnan como hombres y algunas como mujeres? ¿Cuál es la causa de eso si el alma humana es sin sexo, como entiendo es el caso?

Bien, supongo que esta pregunta debe haber ocurrido a todos los que han escuchado de la doctrina de reencarnación las primeras veces. Recuerdo que me ocurrió a mi cuando era joven, cuando primero escuché de la reencarnación como siendo una enseñanza teosófica fundamental. ¿Les gustaría conocer la respuesta a esta pregunta? Se las diré, y por favor, amigos, discúlpenme si desde las necesidades del caso no puedo hablar tan claramente ni tan completamente como lo haría si estuviese hablando en un salón de conferencias médicas.

El alma humana no tiene sexo. No tiene más sexo que esta columna a mi lado, no tiene más sexo que la madera de este atril a mi lado. Pero kármicamente, esto es decir de acuerdo a la ley de consecuencias trabajando a través de la naturaleza, en períodos diferentes el alma humana toma en sí misma o hacia sí misma diferentes coloridos o afectos por así decirlo. Es modificada en una de las dos direcciones — inclinada, parcializada, temporalmente — pero mientras esta parcialidad, ejercita su influencia. El resultado de esta influencia o curvatura o tendencia o inclinación o afectos en una dirección de las dos direcciones trae a través del proceso de reencarnación un niño-hombre al mundo; y el resultado de la inclinación o influencia o curva — o lo que nosotros podemos llamar "depósitos mentales," como William Q. Judge solía decir- en la otra dirección de manera idéntica trae una niña-mujer al mundo.

¿Qué crea estos depósitos mentales — estos acopios de pensamiento y emociones, estas semillas del cuerpo a ser, semillas mentales y morales dirigiendo el curso del alma que se reencarna en el cuerpo de un niño-hombre o de una niña-mujer? La causa es lo que ustedes han hecho en la última vida o vidas, en sus emociones, en sus pensamientos.

¿Entienden el sentido de mi significado? Si un hombre es fuertemente atraído hacia el otro sexo en alguna vida, él hace depósitos mentales en su aparato psicológico, él fomenta tendencias en una cierta dirección, y ese aparato es por lo tanto influenciado o afectado en una cierta dirección; y estas tendencias permanecen latentes durante el período post mortem hasta que sus energías combinadas, sus energías acumuladas, lo atraen o lo conducen hacia esa dirección — ¿me siguen? — en otras palabras, inclinándolo hacia el cuerpo que va a tener en su próxima encarnación sobre la tierra.

Es por lo tanto, atracción hacia el cuerpo de un cierto tipo lo que determina el sexo del niño; o mejor, para ponerlo más claramente, es atracción lo que determina lo que un niño-hombre o una niña-mujer será el próximo vehículo físico para esa particular alma reencarnada. Creo que he hablado con suficiente claridad.

¿Quiénes son los Maestros de Sabiduría de quienes he leído en la literatura teosófica? ¿Son ellos los espíritus de hombres muertos?

Rotundamente no lo son. Son hombres, tan vivos como yo, y como ustedes. Son hombres vivientes; sabios, videntes, grandes hombres, grandes seres, muy sagrados, muy sabios, muy compasivos. Como lo fueron el gran Buddha Gautama; Jesús llamado el Cristo. Sankaracharya, el gran sabio Hindú. Lao-Tsé el gran filósofo y sabio chino, como también lo fue Confucio. Entre los griegos los nombres de Apolonio de Tyana, de Pitágoras, de Empédocles, se me ocurren; y han habido muchos, muchos más, y existen hoy muchos.

¿Se les ha ocurrido a ustedes cavilar sobre el hecho de que estos grandes hombres han vivido? ¿Se les ha ocurrido a ustedes preguntarse acerca de esto? ¿Por qué deberían ser tan grandes que mueven las almas no solamente de los hombres y mujeres de su propio tiempo, por lo que en realidad han creado y destruido civilizaciones, sino que también las memorias de sus vidas han pasado a través de las épocas como ejemplares de grandeza sobrehumana?

Sí, ellos fueron hombres, grandes hombres. Ellos son los sabios y videntes, y es desde sus enseñanzas, formuladas en un sistema, que la moderna teosofía filosofía-ciencia-religión ha tomado su forma presente. Ellos no son los espíritus de hombres muertos.

¿Es posible para alguien — hombre o mujer común- entrar en relación personal con estos grandes sabios? Si es así, ¿Cómo se hace? ¿Dónde viven ellos?

Bien, es posible para cualquiera, sin importar que sea un ser común y lo que el mundo llama humilde, sin importar que sea rico y lo que el mundo llama principesco -príncipe o campesino, piel negra o rosa, café o blanca, no importa nada de eso.

El "ábrete sésamo" no es ninguna de estas cualidades o tributos meramente humanos. Es lo que son ustedes consigo mismos lo que determina si serán llamados a conocer estos grandes seres. Toquen y les será abierto. Y si dan los golpes correctos, los portales se abren delante de ti como por arte de magia.

Cuando alguien llega a Jesús, él no pregunta: ¿Dónde naciste? ¿Cuánto dinero tienes? ¿Cuál es tu rango en la vida? Ni tampoco los grandes sabios y videntes hacen estas preguntas. Ellos saben estas cosas. Ellos saben, por así decirlo, con sólo echar un vistazo.

A lo largo de las mismas líneas de argumento exactamente; si usted fuera un profesor de Sánscrito, como yo lo he sido, y quisiera saber si otro hombre es un experto en sánscrito, usted no le haría preguntas acerca de donde nació o cual es su nombre o cuánto dinero tiene. Usted lo probaría por el único medio que proporciona el sentido común, y entonces usted sabría. Y ellos hacen lo mismo, con la excepción, sin embargo, que sus medios y métodos son mucho más sutiles que la ilustración que he dado, porque saben por pruebas espirituales y psicológicas instantáneamente.

Ese es, entonces, el camino por el cual entrar en relaciones con estos grandes sabios y videntes. Sean lo más alto que amen. Vivan lo más noble que puedan vivir; y el camino de comunicación con ellos yacerá abierto ante sus pies. Cualquiera, común o no común, para utilizar las palabras del interrogante, siempre y cuando venga y toque, para utilizar el lenguaje del Nuevo Testamento cristiano, siempre y cuando tenga dentro de él, algo que no se puede negar, y que por derecho divino de crecimiento espiritual requiere una respuesta, la tendrá. Repito: él tendrá la respuesta. Los teósofos lo llamamos las marcas de majestad en este caso la Luz Buddhica del Ser, y los cristianos la llamarían la Luz de Cristo. El significado de estas dos expresiones es el mismo en una forma general, y solamente las palabras difieren. Ahí ésta la forma por la cual entrar en relaciones personales con los grandes videntes y sabios quienes hoy como siempre componen el grupo o asociación o sociedad de los grandes hombres de los que he hablado antes.

Esta enseñanza de la existencia de esta asociación de grandes hombres no es nada nuevo. Los grandes hombres han vivido. Eso es un hecho en la historia; y pudiera preguntarles: ¿Se ha vuelto la Naturaleza demasiado débil a través de la evolución que no pueda ahora producir lo que una vez produjo? ¿No existen esos grandes sabios y videntes hoy? Claro que existen, y los invito a utilizar su sentido común y contestar su propia pregunta.

Si es así, ¿Cómo se hace?

Ya se los he dicho. El Buddha nos dijo cómo; Jesús nos dijo cómo. Apolonio, Empédocles, Pitágoras, y todos los otros nos han dicho cómo; y lo que dicen es lo mismo idénticamente en todos los casos. "Venid a mí," es la respuesta; "venid a mi." ¿Y cómo pueden ir si están pesadamente cargados y agobiados con egoísmo, laborando bajo el pesado peso de cegadores deseos egoístas en particular? Pero vengan con el corazón de niño, vengan con el instinto espiritual de que existe inteligencia y amor en las fundaciones del universo, y que estas están también en sus propios corazones: y sus preguntas serán respondidas.

¿En donde viven ellos?

En cualquier lado. Más específicamente, existen grupos o logias de ellos en diferentes partes del mundo, especialmente en el Tíbet, y también en una cierta parte de Asia Menor, en una cierta parte de India, y también en una cierta parte de América del Sur; y estos son los lugares donde los centros comerciales ocupados por los hombres están menos en evidencia, donde el aire esta menos contaminado por las malvadas emanaciones humanas, donde el ruido y las distracciones son menos. ¿Van el novelista, el poeta, los científicos, los pensadores, siempre por preferencia hacia las calles principales de nuestras grandes ciudades y tratan de producir las finas flores de sus pensamientos ahí con todo el ruido y prisa y alboroto alrededor de ellos? No, ellos van a los lugares tranquilos, hacia los lugares de paz y belleza. Es por esto que estos grandes Videntes y Sabios viven en las partes menos frecuentadas de la tierra. No existe nada misterioso acerca de sus elecciones, como ustedes fácilmente ven.

¿Está la Sociedad Teosófica bajo la guía y control de los grandes videntes y sabios de los cuales usted habla con frecuencia en sus conferencias?

Bajo sus guías en un sentido general, sí. Bajo sus controles, no, para nada. Ellos inspiran nuestro trabajo teosófico; guían nuestros esfuerzos; enseñan, muestran el camino; iluminan el camino; nos dicen del esplendor solar adelante. ¡Pero control! El interrogante no tiene la más remota concepción del método de los grandes seres. El control de otros es maligno, es perjudicial, está plagado de peligros, es egoísta. Ellos guían, dirigen, inspiran, pero no controlan en el sentido del interrogante. Ellos iluminan, inspiran, guían, señalan el camino, y dicen: ¡Más alto, vengan más alto! O, lo que viene a ser lo mismo: Venid a mí; Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida y la Luz.

Y pobres corazones humanos equivocados han tomado estas palabras como significando la mera personalidad de un gran hombre. Es verdaderamente patético. La idea, por lo contrario, fue: el seguir una vida noble, el tomar las enseñanzas dadas, el recibir y evolucionar del esplendor interno nativo, del divino ser interno, es el resultado del esplendor buddhico, la Luz de Cristo. Ese fue el pensamiento detrás de la frase de Jesús.

Entiendo que su doctrina teosófica de karma es simplemente la formulación de las leyes de causa y efecto. ¿Quién o qué dio estas leyes en el universo?

La primera parte de esta pregunta ya la he contestado; y responderé a la segunda parte diciendo que nadie, ni nada, dio estas leyes en el Universo. Estas así llamadas leyes de causa y efecto son simplemente las operaciones de la naturaleza misma, sus acciones naturales, movimientos, su ser intrínseco. ¿Ustedes me comprenden?

No existe un supremo dador de ley. Ustedes realizarán ese hecho claramente si lo piensan. Sino que impregnando toda la Naturaleza, trabajando a través de toda la Naturaleza, existe un asombroso, místico, espléndido Espíritu, y "más allá" de ese Espíritu existe un Supra-espíritu, impersonal, divino. Recuerden que la personalidad siempre tiene limitaciones, siempre tiene sus restricciones; de otra forma no puede ser impersonal o divina. Solamente la impersonalidad es eterna e infinita. Estas leyes de Causa y Efecto por lo tanto son simplemente las operaciones del ser natural, radical, inherente en la naturaleza; y de hecho no son más que los movimientos de la naturaleza misma. ¿Qué otra cosa pueden ser?

¿Por qué es la madera, madera? Si la madera tuviese la textura y las cualidades del oro, digamos, ¿sería madera? Sería oro. Esa es la idea. El oro tiene ciertas cualidades intrínsecas, ciertas cualidades químicas, que son la misma naturaleza de este metal y de ahí es oro. Así que, estas operaciones causales y efectivas de la Naturaleza están inherentes en la Naturaleza misma: por así decir son la misma naturaleza de la Naturaleza misma. También nunca olviden que la Naturaleza está arraigada en el Espíritu, y el Espíritu está arraigado en el Supra-espíritu, y el Supra-espíritu en Eso.

¿No es la inteligencia la más grande y más profunda cualidad de la naturaleza? o ¿Existe alguna cosa más profunda?

La inteligencia en este sentido abstracto es universal. Toda la Naturaleza es consecuencia de su acción y estructura. Toda la Naturaleza está construida de acuerdo a ciertas maneras que la hacen ser lo que es. Este es el trabajo de la inteligencia universal manifestándose en individuos — alto o bajo, como en nosotros los seres humanos- en cada uno de una cierta manera.

¿Pero existe algo más profundo en la Naturaleza de lo que el hombre llama inteligencia, algo que atrae aún más al corazón del hombre? Sí; y eso es ese maravilloso misterio el cual he llamado el cemento del universo, que sostiene las cosas juntas, que mantiene a las estrellas en sus caminos, que mantiene a los corazones humanos latiendo en aspiración y esperanza, que nos muestra el esplendor solar en el otro lado de la muerte. ¿Ustedes saben lo que es? Muy grandes hombres le han llamado Amor. Amor — un sagrado, bello nombre; y creo que solamente los seres humanos lo degradan.



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